Sin embargo, cuando pensamos en la educación y la escuela, muchas veces lo olvidamos. Cuando queremos enseñar, por ejemplo, acerca de Napoleón, fallamos en preguntarnos como ese aprendizaje se puede transformar en un objetivo que sea permanente en el alumno. Cuando queremos que un niño hable o camine, no olvidamos la meta, porque el niño quiere aprender estas habilidades.
Muchos estudiantes a lo largo de su vida se pierden. Ellos se pueden perder en la escuela, universidad o en sus capacitaciones del trabajo. En algún momento, las personas perdemos nuestro instinto natural para aprender, aquel que nos lleva a mejorar porque realmente deseamos logros transformándonos en algo que no pertenece a nuestra esencia y tratamos de hacer lo que nos dicen que debemos hacer: estudiar, aprobar pruebas y eventualmente nuestro amor por aprender se desvanece. Los comentarios positivos esperados se transforman en complacer al profesor, obtener una buena nota, o progresar para estudiar en una "buena universidad".
¿Hemos pensado que tal vez lo que enseñamos no es lo que los alumnos desean aprender ¿Qué hacer en este caso?
Algunos factores nos pueden ayudar a reflexionar en nuestra tarea al planificar la enseñanza:
1.- Habilidad : Es esencial, establecer si lo que queremos enseñar los alumnos lo pueden aprender.
2.- Posibilidad : Determinar si lo que queremos enseñar se puede aprender.
3.- Metodología : Definir el método de aprendizaje adecuado para enseñar lo que queremos que los alumnos aprendan. Existen múltiples métodos que pueden contribuir a un mejor logro de los objetivos de aprendizaje.
4.- Limitaciones : Verificar si la metodología elegida realmente permite que los alumnos a quién va dirigida se ajusta para que ellos aprendan. Aquellos métodos relacionados con experiencias de la vida real, son mejores herramientas para aprender.
5.- Objetivos: Interpretar los intereses de los alumnos con los objetivos de la clase.
El aprendizaje ocurre en la mente humana y es ahi donde debemos focalizar nuestros esfuerzos.
Traducción libre "Teaching minds: How cognitive science can save our schools" by Roger Schank.
Muchos estudiantes a lo largo de su vida se pierden. Ellos se pueden perder en la escuela, universidad o en sus capacitaciones del trabajo. En algún momento, las personas perdemos nuestro instinto natural para aprender, aquel que nos lleva a mejorar porque realmente deseamos logros transformándonos en algo que no pertenece a nuestra esencia y tratamos de hacer lo que nos dicen que debemos hacer: estudiar, aprobar pruebas y eventualmente nuestro amor por aprender se desvanece. Los comentarios positivos esperados se transforman en complacer al profesor, obtener una buena nota, o progresar para estudiar en una "buena universidad".
¿Hemos pensado que tal vez lo que enseñamos no es lo que los alumnos desean aprender ¿Qué hacer en este caso?
Algunos factores nos pueden ayudar a reflexionar en nuestra tarea al planificar la enseñanza:
1.- Habilidad : Es esencial, establecer si lo que queremos enseñar los alumnos lo pueden aprender.
2.- Posibilidad : Determinar si lo que queremos enseñar se puede aprender.
3.- Metodología : Definir el método de aprendizaje adecuado para enseñar lo que queremos que los alumnos aprendan. Existen múltiples métodos que pueden contribuir a un mejor logro de los objetivos de aprendizaje.
4.- Limitaciones : Verificar si la metodología elegida realmente permite que los alumnos a quién va dirigida se ajusta para que ellos aprendan. Aquellos métodos relacionados con experiencias de la vida real, son mejores herramientas para aprender.
5.- Objetivos: Interpretar los intereses de los alumnos con los objetivos de la clase.
El aprendizaje ocurre en la mente humana y es ahi donde debemos focalizar nuestros esfuerzos.
Traducción libre "Teaching minds: How cognitive science can save our schools" by Roger Schank.
